Denuncia de la violencia contra las mujeres
dentro de los movimientos sociales


La ocasión en Hamburgo se dio... volvimos al recuerdo, a la indignación y a la denuncia de la violencia contra las mujeres dentro de los movimientos sociales. Otra vez el caso de Onésimo Hidalgo, "luchador social" y "asesor de los zapatistas" tan "comprometido" con el movimiento... el mismo movimiento del cual se aprovecho para violentar mujeres. No podemos olvidarlo, porque el olvido permite la impunidad y perpetua la violencia estructural contra las mujeres. Una violencia que si, efectivamente, dolorosamente, tambien existe en la izquierda.

Onésimo Hidalgo tenia aņos de trayectoria en el movimiento social chiapaneco, como integrante de organizaciones civiles. El aņo pasado se hicieron publicas una serie de denuncias de acoso, abuso y violacion sexual por al menos 8 mujeres. Tuve la oportunidad de escuchar de viva voz los testimonios de tres mujeres quienes aun con rabia, dolor y miedo enfrentaron los recuerdos y denunciaron valientemente...

Onésimo Hidalgo es unos de esos casos que una no puede creer, porque mas allá del personaje, impresiona terriblemente el silencio y la complicidad impune de la que gozó durante varios aņos. Indignan de igual manera las cascadas de criticas, la deslegitimidad, la duda, que les fue dirigida a las mujeres agredidas y a la organizacion que decidio expulsarlo por sus actos de violencia. Nuevamente, y lamentablemente sin sorpresa, las mujeres agredidas son las juzgadas, las feministas que las acompanamos somos "incendiarias", violentas, la organizacion que lo expulsa es criticada. Resulta entonces que el violento no es el violador sino quienes denuncian y exigen justicia. Ver para creer.

Seguiremos exigiendo justicia, seguiremos diciendo NO, no más violencia contra nosotras, ni del sistema que combatimos, ni de nuestros companeros de lucha... porque ninguna alternativa, ningun movimiento social puede construirse sobre la violencia contra las mujeres.

Sí, sí somos intolerantes... somos intolerantes a la violencia, a la complicidad y al silencio. Sí, sí somos violentas... cuando tocan nuestros cuerpos, subordinan nuestros pensamientos y deslegitiman nuestras luchas.

Norma Cacho 7-7-2009